Los beneficios de la teleoperación y su rol en el futuro de la movilidad terrestre

Diego Martín Carpintero, Project Manager (Ground) | 12/05/2025

El ecosistema de movilidad terrestre está evolucionando a un ritmo rápido, impulsado por la digitalización, la automatización y la necesidad de mayor eficiencia y sostenibilidad. En este contexto de cambio, la teleoperación ha surgido como una tecnología clave que podría complementar o, en algunos casos, servir como alternativa a la conducción autónoma.

Particularmente en Europa, la teleoperación podría convertirse en el modo de operación estándar en ciertos escenarios, ya que la movilidad autónoma aún enfrenta barreras regulatorias y niveles de aceptación social que podrían retrasar su despliegue generalizado. Un enfoque liderado por la teleoperación permitiría una transformación más gradual y controlada del transporte, sin depender únicamente de la autonomía total.

¿Qué es la teleoperación y cómo funciona?

La teleoperación permite que un vehículo sea controlado remotamente por un operador a través de una red de comunicación de alta velocidad y baja latencia. Este sistema, que utiliza sensores, cámaras y tecnologías de conectividad avanzada, asegura un control preciso y seguro en tiempo real del vehículo.

El operador puede gestionar al menos tres aspectos esenciales: dirección, aceleración y frenado. Sin embargo, el sistema también puede extenderse a otros controles, como iluminación, indicadores, uso de la bocina, operación de puertas y otros sistemas auxiliares, dependiendo de los avances tecnológicos y su aplicación.

La teleoperación también puede complementarse con sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS), que ofrecen funciones como detección de obstáculos, frenado de emergencia asistido y alertas de colisión. Estas soluciones sirven como soporte adicional para el operador, mejorando la seguridad y reduciendo los riesgos asociados con posibles retrasos en la transmisión de datos o errores humanos.

Un ecosistema de movilidad en transformación

Si la teleoperación se integra de manera efectiva en el ecosistema de movilidad, podría proporcionar múltiples beneficios en diversos sectores:

Operaciones óptimas, menores costos

Permite la gestión remota de flotas, maximizando la utilización de recursos.
Podría reducir el tiempo de inactividad y el costo de transportar personal a áreas remotas.

Mayor seguridad vial

En algunos casos, ayudaría a mitigar el riesgo de errores humanos al permitir que operadores capacitados intervengan en entornos controlados.
Podría minimizar la fatiga y las distracciones del conductor, que son causas principales de accidentes de tráfico.
La combinación de teleoperación con sistemas ADAS añadiría una capa adicional de seguridad, asistiendo al operador con funciones como la detección de peatones, advertencias de salida de carril y sistemas de mitigación de colisiones. Este soporte tecnológico podría ayudar a reducir errores y mejorar la capacidad de respuesta ante situaciones imprevistas.

Impulsando una movilidad más sostenible

Contribuye a la optimización de rutas y la reducción del consumo de combustible.
Podría fomentar la electrificación de flotas al facilitar la gestión y supervisión remota de vehículos eléctricos.

Facilitando la adopción de nuevas soluciones de movilidad

Podría acelerar la integración de vehículos autónomos en entornos urbanos e industriales.
Facilita modelos de movilidad más flexibles, como el car-sharing sin conductor y la automatización en terminales logísticos.

Operación en entornos peligrosos o de difícil acceso

La teleoperación permitiría operar vehículos en áreas de alto riesgo, como zonas industriales, túneles, minas o regiones afectadas por desastres naturales, sin exponer a los operadores a peligro directo.
Podría mejorar la eficiencia en tareas de inspección y mantenimiento de infraestructuras críticas, como oleoductos, plantas energéticas y instalaciones nucleares.

Reducción de los tiempos de respuesta en emergencias

Usada en ambulancias, camiones de bomberos y vehículos de rescate, la teleoperación podría permitir un despliegue más rápido en situaciones de crisis donde cada segundo cuenta.
En situaciones de evacuación o en la entrega de suministros médicos, la capacidad de operar vehículos sin un conductor presente podría acelerar la asistencia y salvar vidas.

La teleoperación tiene el potencial de posicionarse como una solución clave en el ecosistema de movilidad terrestre. Aunque aún depende de factores regulatorios, tecnológicos y de aceptación social, su capacidad para optimizar operaciones, mejorar la seguridad vial y facilitar la adopción de nuevas soluciones podría convertirla en un pilar fundamental de la movilidad futura.

A medida que la tecnología avanza y las regulaciones evolucionan, la teleoperación podría desempeñar un papel esencial en la transición hacia un transporte más seguro, eficiente y sostenible, brindando valor a la sociedad hoy en día en casos de uso específicos.

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