El Futuro del Transporte: Desafíos y Soluciones Innovadoras
El futuro del transporte se centrará en alcanzar respuestas de forma combinada a tres grandes retos:
- cómo lograr una movilidad sostenible
- posibilitar una movilidad eficiente e inteligente
- gestionar y optimizar el uso de los recursos de movilidad
Y es que a día hoy, en nuestras ciudades, millones de desplazamientos diarios impactan negativamente el medio ambiente, la salud y la calidad de vida debido al excesivo uso de automóviles privados.
Ante esta situación, de acuerdo con CRISALION, hay tres claves que permiten vislumbrar cómo será el “transporte del futuro”:
- la movilidad eléctrica,
- la movilidad compartida y
- los vehículos automatizados.
Es evidente que el transporte colectivo es una herramienta eficaz para dar respuesta a parte de este problema: en comparación con el automóvil privado, el transporte colectivo es más eficiente, económico y ecológico, reduciendo emisiones y la necesidad de espacio. Por otro lado, al no depender de combustibles fósiles, CRISALION está genuinamente convencido de que la movilidad eléctrica representa la movilidad del futuro.
Finalmente, la automatización e incorporación progresiva de inteligencia y conectividad a los vehículos redunda no sólo en una mejora de la seguridad y confort de su uso, sino también en una mayor eficiencia de estos recursos. En este ámbito, el despliegue del 5G tendrá un papel esencial en la movilidad futura y la seguridad vial (permitiendo la comunicación entre vehículos y su entorno en tiempo real), junto a la progresiva incorporación de la Inteligencia Artificial (reduciendo la congestión del tráfico, aumentando la eficiencia en la utilización de las carreteras y disminuyendo la incidencia de accidentes).
Aproximación de CRISALION / Tecnalia
La adopción generalizada de la conducción autónoma en nuestras carreteras tomará tiempo y dependerá de varios factores, como la regulación, la tecnología y la aceptación pública.
El equipo de investigación de CRISALION / Tecnalia considera que la implementación de la conducción autónoma en situaciones específicas será gradual, como autopistas o zonas urbanas limitadas, en los próximos años (con una adopción generalizada que ha entendido no se puede demorar muchos años).
Y es que a pesar de lo que se plantea en varios ámbitos, los humanos (con un entrenamiento correcto) no son tan malos conduciendo[1] , ni los sistemas totalmente automatizados tan buenos aún. Quizás no debiéramos sacar tan pronto a las personas del puesto de conducción
Por ello, ante esta situación, planteamos un proceso gradual basado en dos líneas de trabajo:
- Mejora de las condiciones de trabajo de los conductores
- Aplicación paulatina de tecnología de conducción automatizada
En realidad, es una aproximación muy similar a la que se ha dado en otros ámbitos (como en ciertas aplicaciones en la industria o el transporte aéreo), donde a través del uso de tecnología se ha mejorado el confort en el puesto de trabajo del operario, y se han automatizado ciertas tareas para mejorar la seguridad.
Siguiendo esta aproximación nuestra propuesta se centra en el concepto que hemos denominado como “Intellydrive”, que es esencialmente la combinación de dos ideas principales:
- Conducción remota: una combinación de tecnologías que permite a los pilotos en un centro de control conducir remotamente vehículos. Los vehículos a su vez cuentan con cierto nivel de inteligencia, por lo que garantizan la seguridad de la conducción remota a través de una capacidad de percepción del entorno y actuación ante imprevistos.
- La capacidad de los vehículos para realizar ciertas tareas concretas de forma automatizada, como es el caso de formar convoys, realizar tareas de aparcamiento, etc.
Mediante esta aproximación se logran tanto el objetivo de mejorar las condiciones de trabajo del conductor (en realidad, “convertimos” la tarea de conducir en un tele-trabajo de oficina), como el objetivo de optimización de recursos (a través de una formación en convoy, un único conductor puede operar varios vehículos a la vez).
Creemos que, entre el momento actual y la consecución de vehículos completamente automatizados, habrá una transición en la que los coches de conducción remota permitirán realizar una transición gradual y controlada. De esta forma, proponemos ir avanzando hacia esa transición de forma paulatina y segura, aprovechando las ventajas que esta aproximación ofrece a día de hoy, como, por ejemplo:
- Control humano en situaciones complejas: La conducción remota permite la intervención humana en situaciones difíciles o inesperadas, lo que puede ser especialmente valioso en condiciones de tráfico intenso, climáticas extremas o escenarios de construcción. Un operador humano puede tomar decisiones basadas en el contexto que una IA puede encontrar difícil de manejar.
- Reducción de costos iniciales: Implementar un sistema de conducción totalmente automatizada requiere una inversión significativa en sensores, hardware y software. La conducción remota puede aprovechar en mayor medida la infraestructura y la tecnología de los vehículos convencionales, lo que puede resultar en costos iniciales más bajos.
- Flexibilidad en la adopción: La conducción remota se puede implementar en vehículos convencionales con relativamente poca modificación, lo que facilita su adopción en flotas existentes. La conducción totalmente automatizada a menudo requiere vehículos diseñados específicamente para ese propósito.
- Conducción en áreas no mapeadas: En entornos donde no hay suficiente información mapeada o señalización, la conducción remota puede ser una opción más viable, ya que un operador humano puede tomar decisiones basadas en la observación en tiempo real.
A modo de resumen podemos decir que a día de hoy existen grandes dificultades (técnicas, regulatorias, …) para lograr vehículos automatizados seguros y fiables. Ante estas dificultades, el control remoto de vehículos puede ser una solución única para cerrar esa brecha, aprovechando la flexibilidad, capacidad de toma de decisiones y adaptabilidad de la asistencia humana.
Es ahí donde consideramos que una estrategia de incorporación gradual de tecnología de conducción automatizada puede ser clave para el éxito a largo plazo. Nuestro concepto de Intellydrive refleja esa aproximación a ese camino gradual en el que avanzar hacia una paulatina automatización completa del vehículo.
En todo caso, esta aproximación tampoco es trivial, y existen ya multitud de organizaciones evaluando los retos que plantea. Sirva a modo de ejemplo, el documento creado por “Law Commision”[2] , en el que ante la inminente adopción de esta aproximación plantean una serie de sugerencias de cara a reformar el sistema legal en Reino Unido y adoptar una serie de medidas para mitigar/controlar el riesgo[3], entre las que remarcan que es necesario trabajar en:
- La adecuación de las redes de comunicación.
- El sistema de mitigación de riesgos en caso de fallo de la comunicación.
- Ciberseguridad.
- El diseño y funcionalidad de las estaciones de trabajo.
- La seguridad del centro de operaciones remoto.
- La formación del personal.
- La salud, condición física y verificación del personal.
- Los períodos de atención y descanso del personal.
- Revisiones de la aptitud de los vehículos.
- Protocolos de gestión de incidentes.
En CRISALION / Tecnalia estamos trabajando ya en estos aspectos, y contamos ya con un sistema de pruebas funcional que estamos empleando para validar la aproximación.
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[1] El número de muertes por cada 100 millones de millas en conductores de vehículo en EEUU es de: 0.6 (ver: https://injuryfacts.nsc.org/home-and-community/safety-topics/deaths-by-transportation-mode/)
[2] organismo independiente establecido por el Acta de las Comisiones de Leyes de 1965, con el propósito de revisar y recomendar reformas en la ley de Inglaterra y Gales cuando sea necesario
[3] Ver: https://s3-eu-west-2.amazonaws.com/lawcom-prod-storage-11jsxou24uy7q/uploads/2023/02/RD_Advice-paper_LC.pdf